Un escritor desconocido dijo: “El trabajo de un hombre es de sol a sol, pero nunca se podrá decir que el trabajo de una madre terminó.”  Todos saben cuán cierto es este dicho. Una madre nunca deja de cumplir su rol, independiente del hecho que trabaje fuera de casa. Según las estadísticas, la participación de las mujeres en la fuerza laboral ha experimentado un progresivo aumento desde 1970. Las mujeres han alcanzado niveles más altos de educación y experimentado un aumento en sus salarios. Además, ahora ocupan posiciones más altas. Sin embargo, si una mujer que trabaja decide formar una familia y llegar a ser madre, entrará a un tipo de ocupación donde no hay ni feriados ni vacaciones.  Este es un tipo de trabajo único e irremplazable. Es muy agotador, pero también gratificante y…admirable. 

Es por esto que saludamos a las madres desde el fondo de nuestro corazón e invitamos a cada uno a hacer lo mismo con esa mujer especial que lo llevó en su vientre. No es suficiente decirle “feliz día”, deberíamos, además, regalarle felicidad en su día y ojalá cada hora de su vida. ¡Feliz Día a todas las mamás del mundo! Nuestro presente para ustedes es este sencillo poema:

SÓLO UNA MADRE

Son cientos las estrellas que pueblan el firmamento,

Son cientos las conchuelas que en la extensa playa reposan,

Son cientos las aves que trinan día a día al viento,

Son cientos los corderos que bajo el alegre sol retozan.

Son cientos las gotas de rocío que saludan al día,

Son cientos las abejas que visitan al morado trébol,

Y son cientos las mariposas que colorean la vida,

Pero sólo una madre hallarás en el mundo entero.

(Traducción libre del Web Team).

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